Que incómoda situación, ¿cómo había llegado hasta ahí?.
Quien se iba a imaginar que le pasaría algo así, cuando llegó con su maleta llena de optimismo a Tuxtla Gutiérrez. Transmitiá mucha seguridad se sabia dueña de un cuerpo hermoso que sabía cómo lucir. Su sonrisa franca siempre le abria las puertas.
En el vuelo hizo amistad con un muchacho, que le platicó maravillas de su tierra Chiapas y le prometió formalmente pasearla por la ciudad. Cuando ella llegó a buscarlo, notó que tres hombres jóvenes platicaban mientras tomaban café. Le dijeron que el muchacho que buscaba se fue al hospital a ver a su padre.
Y cuando ya se iba, uno de los jóvenes, güero, alto, simpático y amable le dijo:
“No, vengo de la Ciudad de México”
“Y ya conocía Chiapas”
“No, es la primera vez que vengo, mañana por la tarde sale mi vuelo. Voy a Mérida.
“Si me permite me gustaría servirle de guía de turistas”
"No desconfíe aquí me conocen bien, Yo soy agente viajero tengo mi camioneta y tengo ya varios años trabajando esta ruta. Esta es mi tarjeta".
Al fin, se decidió y Él la llevó a dar un recorrido por la ciudad comenzando por el parque central y el famoso Reloj de Tuxtla, pasaron por un lado del Cañon del Sumidero pero no lo vió. Después la llevó a San Cristóbal de las Casas con sus calles empedradas, la gente con trajes típicos, hermosas iglesias, mucha artesanía, pero no se bajaron. Sólo atravesaron la Ciudad.
Comenzaron a platicar más abiertamente:
El radicalmente de derecha, ella mas bien de ideas izquierdosas. El en contra de los sindicatos, ella pertenecía a uno.
El a favor de la Guerra, ella pacifista. El le iba al Guadalajara, ella al América.
Su meta, casarse con una mujer para dejarla en casa cuidando a los niños, mientras el seguía viajando y conociendo el país y por supuesto visitando por sus rutas a las mujeres que se pudiera.
Y ella que soñaba con terminar una carrera y se sentía tan orgullosa de sus logros, de su trabajo, su sindicato.
Y que empieza la discusión que iba subiendo de tono a cada momento. Él como no podía convencerla mejor la besó apasionadamente y como lo hizo muy bien Ella se dejó llevar por sus caricias, por el ambiente, la luz de la luna, las hermosas estrellas que casi se podían tocar con la mano. Después de un rato de desfogue. Él le dijo:
"No pases la noche sola", "te prometo una noche Inolvidable".
"Es que somos como el agua y el aceite, ¿ya lo notaste?"
"Si pero te aseguro que en eso sí vamos a coincidir"
"Nunca he tenido una queja y dicen que estoy muy bien dotado".
Dicen que la curiosidad mató a un gato, que no lograría en esa inexperta mujer de 20 años.
Una vez dentro de la habitación él se convirtió en un tempano de hielo que se iba despojando de su ropa ante los azorados ojos de Lorena pues sus ojos jamás habían contemplado un cuerpo como ese, parecia esculpido por un artista, un generoso artista...
ni un solo beso, ningún juego previo. Ni una sola palabra amable, de su boca solo brotaban mandatos, órdenes, groserías, una más soez que la otra. Ella estaba muerta de miedo.
Jamás le preguntó ¿Estas a gusto? ¿No te lastimo?, vamos ni un abrazo cariñoso. Solo pensaba en saciarse, su satisfacción, Él mismo.
Esa noche se sintió vejada, lastimada, terminó llorando, porque para él sólo fue como una muñeca de plástico, alguien inexistente.
Cuando todo terminó cada uno estaba al extremo opuesto Sin tocarse si quiera
Así se quedaron un rato. Ella reponiéndose del shock. El descansando satisfecho.
Y cuando comenzó a salir el sol, Ella trataba de acordarse
¿Cómo dijo que se llamaba? Pues necesitaba despertarlo pues ¡hasta se quedó dormido encima de su ropa! Al final solo le alcanzó a decir:
"Guapito, fíjate que me tengo que ir al aeropuerto se me olvidó y no reconfirmé mi vuelo y como estamos en diciembre. Eres un sol, bye bye"
Mientras se vestía a toda prisa y salía botando de ese lúgubre lugar
Ya en la terminal de camiones sólo pidio un pasaje para donde saliera el próximo camión... Villahermosa.
Ya sintiéndose segura en el camión cuando enjugó sus últimas lágrimas de pronto se comenzó a reír. Y pensó: "Con razón nadie se ha quejado !todas salieron corriendo!
Y tantas mujeres que opinan que entre más grande mejor.
Y tantos hombres que se preocupan si no tienen los centímetros reglamentarios.
De que le sirvieron a éste si no los sabe utilizar".
Esa noche aprendió una gran lección
No siempre la cantidad tiene que ver con la calidad.
La curiosidad no mato al gato pero... puede lastimar.
4 comentarios:
orale amiga que buena historia
en situaciones como esta es mejor ni acordarse de cual era el nombre. grandioso texto sigue asi parabienes.
Vaya,y uno que piensa que las mujeres no son de armas tomar en el sexo. Ya sabemos que tipos así se dan en maceta, pero para que existan es que hay quien los admita...
Yo me pregunto, al final ¿no se arriesga mucho la mujer al aceptar situaciones así?
De lo mejor de tu relato inesperado es que hace pensar. Muy bien amiga, atrevida como siempre.
Aly, gracias por tu lectura.
Flor: Por supuesto que ni se tiene una que acordar.
Ruy: La mujer se ha ganado a pulso el derecho de tener sexo y disfrutarlo igual que el hombre.
Con esa inexperiencia es de lo mas común equivocarse y llegar a pensar que estas tratando con una gente amable, sobretodo cuando se comienza a descubrir la sexualidad.
Además los hombres son los que ponen el ejemplo de relaciones pasajeras y les sale tan bien. ¿Porqué una no?
Por supuesto que se arriesga pero a veces se cansa la mujer de golpearse con la realidad: El hombre es capaz de decir cualquier cosa por acostarse con una mujer y desecharla después y la mujer es capaz de hacer cualquier cosa por establecer una relación afectiva. Pero cuando no pasa, una y otra y otra vez.
Que de raro tiene que quiera jugar a ser un poco Don Juan en mujer. Gracias Ruy.
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