miércoles, 28 de mayo de 2008

EL VUELO DE LA FALDA











Con medio siglo a cuestas y un marido 15 años mayor que yo, quien se ha convertido en un amable y dulce compañero de cuarto, pero que ya ni siquiera una mirada lasciva me envía; los hijos ya con vida propia, pienso que sólo debo esperar a que lleguen los nietos para cuidarlos y que esa será mi vida de ahora en adelante, pero de repente apareces tú detrás de una computadora al otro lado del mundo.

Todo un caballero, sólo unos años mas joven que yo, amable, romántico, sincero, te adentraste tanto en mis pensamientos, que me has conquistado. Me subyugas con tus frases, con tu amable charla y poco a poco me vuelves a hacer sentir una mujer con tus piropos, me levantas la autoestima y descubro que todavía siento deseos, que mi cuerpo todavia vibra de pasión. Y me descubro esperando tu visita, tus palabras, anhelando ese encuentro prohibido... Y aunque tengamos un océano de distancia, no contaba con tu imaginación…

No sé cómo lo lograste, enciendes mis sentidos de tal manera que me haces pensar en locuras, me perturbas. Mira que tan sólo el recordarte me hace sentir dispuesta, anhelante. Desde que me pediste que lo hiciera... de esa manera tan sensual; con esa voz de mando que puede ser tan sutil a la vez, ya no pude concentrarme. Lo dudé mucho, no lo había hecho nunca, ¡qué locura! ---y a mis años---. Pero me ganó la curiosidad y las ganas de experimentar algo diferente, y por fin te obedecí.

Casi anochecía, hacía mucho viento el cual hacía volar mi cabello al igual que mi imaginación y mi falda larga, que con mucho vuelo sentía cómo se pegaba la tela a mi piel; como el aire la movía para todos lados, fue tanto como sentir tu cuerpo a mi lado. Y de pronto se colaba más el viento, tal como mis pensamientos volaban a tu encuentro.Y fue como si aparecieras abruptamente para desviarme de mi camino, conducirme a un rincón oscuro abrazándome por detrás y con tan sólo levantar mi falda sentí tus manos recorrer mi cuerpo desnudo…
Me jalabas el pelo hacia un lado y buscabas frenéticamente mi boca y sin soltarme tapabas tu desnudez con el vuelo de mi falda y me hacías tuya. Después el baile de la pasión nos abrazó en sus llamas. Qué sensación...
Eso lo pienso mientras voy caminando en medio de una gasolinera. Puedo sentir las miradas de los hombres, pero algo distinto me pasa, no puedo pasar desapercibida para nadie, mis mejillas están ardiendo, mis ojos se iluminan y mi cara dibuja una sonrisa que trato de disimular de todas las formas.¡Ay!, me siento como volando..., qué especial sensación de desnudez dirigida me has provocado, qué mágico y divertido momento; me siento de un sensual, jajaja. Si supieran…Gracias.

No hay comentarios: