miércoles, 27 de agosto de 2008

VIVIENDO EN LA NOSTALGIA (el dolor del exilio)














Cada año te pega en la conciencia diaria
como si fuera el último, el determinante,
el único de cumplir, de entregarte, de amar la vida
y tener la determinación de luchar por ella.
Observas el tiempo al alejarse
Y te quedas con un dejo de nostalgia.
Mientras que tu mente se llena
de aquellos viejos y queridos
ésos tus sones de marimba triste...













Cuando al mirar atrás recuerdas una lucha,
una entrega, un volante, una pinta
que conducen (eso te dijeron) hacia aquella,
tan anhelada, buscada y olvidada paz.


Pero un día no hay marcha atrás…
Tu dolor se intensifica, te alejan de tus querencias,
de tu gente, de tu tierra.
De aquellos, ojos, niños, manos extendidas
pies descalzos, corazones firmes.


Y así llegaste a tu amargo exilio involuntario.
Entonces sí que conociste la soledad.
Mas cuando crees que ya no podrás más
un encuentro, un cariño, quizás el amor.
No te salva pero eclipsa un poco tu pesar.


El tiempo también llega con sorpresas agradables
Y así conoces la primera vez de una mirada tierna
que te da ánimos de luchar, pero te retiene sin tu quererlo.
Tan dulce, inocente… cariñosamente tuya.







Pero sabes que si te decides a volver a tu lucha,
a tus gentes, a tu vida anterior se volverá otra añoranza.
Y muy probablemente no podrás
ni dibujar su rostro en tu memoria…


¿Por qué no la disfrutas mientras estas cerca?
¿Porque te flagelas así?
sin permitirte sentirte bien por un instante.


Y sin embargo, tu sabes que cuando regreses
seguirás con las nostalgias porque
ya nunca volverás a ser el mismo.
Algo de esta tierra se te impregnó en las venas
y añorarás lo que ahora tienes a tu lado.


Solo recuerda que el tiempo no se detiene
y el amor triste se evapora
como el humo de un tabaco ó un suspiro…

1 comentario:

adrichabat dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.